Reflexiones



Nutrición y emoción



El pasado 13 de febrero realizamos la formación de coloquios  Escuela – Familia. El tema tratado esta vez, fue la nutrición y las emociones. Abordamos este tema con el fin de entender el vínculo que existe entre la alimentación que realizamos y las emociones que nos abordan. 
Podemos afirmar que lo que comemos no solo afecta a cómo nos sentimos emocionalmente, además, nuestro estado de ánimo afecta a nuestra manera de comer. 
A continuación, se pueden ver dos tablas en la que se refleja la importancia de los alimentos que contienen sustancias neurotransmisoras y qué síntomas nos producen. 










Los valores en la familia



Cuando nos referimos a personas conscientes, alumnos conscientes, estamos haciendo referencia a personas que viven la vida con sentido, atentas a lo que pasa a su alrededor, son personas responsables de sus actos y se sienten llamadas a cuidar el mudo y mejorarlo.
           
Nuestro objetivo este curso es conseguir familias conscientes, madres y padres con conocimiento de lo que ocurre a su alrededor, tanto de lo positivo como de lo negativo y ante esas circunstancias que dificultan el crecimiento, ser agentes de cambio y modelos para nuestros hijos.


El objetivo es reflexionar sobre nuestro entorno más cercano, ser conscientes de lo que tenemos a nuestro alrededor. Para ello vamos a centrarnos en valores importantes que tienen que crecer en la familia. Destacando para trabajar LA COMUNICACIÓN, ya que consideramos que esta nos lleva a una mejor relación familiar; se establece confianza, facilita la labor que tenemos como padres en la educación, conocemos mucho mejor a nuestros hijos y genera un clima familiar positivo incluso en la resolución de conflictos y como modelos enseñamos a nuestros hijos la importancia de las relaciones sociales y como llevarlas a cabo.









¿Qué nos puede impedir una buena comunicación?
El tiempo para compartir, es muy limitado.
Múltiples tareas
Largas jornadas de trabajo
En conclusión, la rutina nos hace ponernos en modo “robot” y nos impide en muchas ocasiones ser conscientes de nuestro entorno.



En la comunicación tratamos de dar información, pero también enseñamos a expresar sentimientos.

  • Lo ideal al comunicar es dar información de forma positiva
  • Escuchar con atención
  • Empatizar y ponernos en lugar del otro
  • Ser claros a la hora de pedir algo
  • Dar mensajes no contradictorios
  • Ser conscientes del tipo de comunicación que llevamos a cabo con nuestros hijo o pareja.




Papel de los padres frente al acoso escolar

         Qué deben hacer los padres cuando su hijo es el acosador
          o el acosado en la escuela



La familia se construye. La familia es considerada esencial para la socialización de los niños, a través de la transmisión de valores, normas o comportamientos. La familia es la que tiene que establecer lo que es inaceptable y lo que es aceptable, en casa y en las relaciones sociales. Los expertos en acoso escolar señalan algunos comportamientos familiares que pueden llevar a los hijos a la adquisición de conductas agresivas: la ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control razonables de la conducta de los hijos fuera del colegio, falta de supervisión sobre lo que hacen y con quién van, una disciplina demasiado dura, la falta de comunicación y la presencia de tensiones y de peleas en la familia.

            La intervención de los padres, tanto del acosado como del acosador, ante el acoso escolar o bullying es muy necesaria. Estar a uno u otro lado de la barrera es estar en el problema y tan importante es impedir que el acosador siga acosando como que la víctima siga sufriendo acosos. No obstante, abordar el problema en ambos casos no es fácil, por lo que hemos recopilado algunos consejos para orientar a los padres a la hora de actuar frente a un casos de bullying escolar:


Cuando tu hijo es la víctima

En el caso de que los padres sospechen de que su hijo es un acosado o víctima de bullying, es sumamente positivo establecer un canal de comunicación y de confianza con tu hijo para que él se sienta cómodo al hablar contigo acerca de todo lo bueno y lo malo que está viviendo. Si tu hijo es una víctima, habla con él, y comprométete a ayudarlo a resolver este problema. Dile que él no es el culpable de esta situación. No le hagas sentirse culpable ni le abandones. Intenta siempre algo más.
            Siéntate junto a tu hijo y hablad del tema. Hazle sentir que está arropado, sin estimular la dependencia. Implica a tanta gente como sea posible y
sigue esos consejos:

1. Mantén la calma, no exteriorices ansiedad. Investiga en detalle lo que está ocurriendo.

2. Escucha a tu hijo y no lo interrumpas. Deja que desahogue su dolor.

3. Ponte en contacto con el profesor de tu hijo o con la dirección del colegio para alertarlos acerca de lo que ocurre, y pide su cooperación en la investigación y en la resolución de los hechos.

4. No estimules a tu hijo para que se muestre agresivo o tome venganza. Empeoraría más la situación.

5. Discute alternativas asertivas para responder a los acosadores y practica respuestas con tu hijo.

6. En el caso de que el acoso continúe, prepárate para ponerte en contacto con un abogado.

7. Dependiendo del grado de ansiedad y de miedo en el que esté envuelto tu hijo,         búscale un psicólogo para ayudarle a que supere este trauma. Pero jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos casos, es la de la familia.

8. Mantén la calma y no demuestres toda tu preocupación. Demuestra determinación    y positivismo.

Cuando tu hijo es el acosador

Es muy difícil para muchos padres reconocer algo negativo en la conducta de sus hijos, por eso es muy importante, cuando se detecta el caso, que ellos trabajen directamente con la escuela para resolver este problema, de una forma inmediata, ya que normalmente el problema de una mala conducta suele crecer como una bola de nieve.
Lo que jamás deben hacer los padres de un presunto acosador es usar la violencia para reparar el problema. Pueden ser acusados de malos tratos hacia su hijo. 

Estos consejos pueden ayudarte a canalizar la situación hacia un lado positivo:


1. Admite que todo es posible, infórmate -sin prejuzgar- de los hechos, valora la credibilidad de las fuentes de información.

2. Habla con los profesores, pídeles ayuda, y escucha todas las críticas sobre tu hijo.

3. Investiga por qué tu hijo podría ser un acosador.

4. Acércate más a los amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan.

5. Establece un canal de comunicación y confianza con tu hijo. Los niños necesitan       sentir que sus padres les escuchan.

6. Vigílate para no culpar a los demás por la mala conducta de tu hijo, no resuelve        nada, no es educativo para él .

7. Colabora con el colegio dando seguimiento al caso y registrando las mejoras.

8. Confirmado el caso, canaliza la conducta agresiva de tu hijo hacia algún deporte       de competición, por ejemplo.

9. Señala a tu hijo que la conducta de acoso no está permitida por la familia.

10. Déjale claro lo que ocurrirá si el acoso continúa, incluidas denuncias y procesos      judiciales.

11. Enséñale a practicar buenas conductas.

12. Ayuda a tu hijo a manifestar sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.

13. Demuestra a tu hijo que le sigues amando tanto o más que antes. Pero que desapruebas su comportamiento.

14. Anímale a que reconozca su error y a que pida perdón a la víctima. Elogia sus         buenas acciones.


Recursos familiares contra el acoso

 

Existen cursos y reuniones para orientar a los progenitores acerca de lo que se puede hacer para mantener alejados a sus hijos del bullying. Se basan, normalmente, en reglas básicas como:


1. Preocuparse por los hijos, hablando con ellos y creando un canal de diálogo. Evitar los monólogos. Se aprende y se conoce mejor a los hijos, escuchándoles. 


2. Estar pendiente de los posibles síntomas como nerviosismo, falta de   apetito, insomnio, bajo rendimiento escolar o fobia escolar. 



3. Controlar y supervisar las conductas de los hijos, observando qué hacen, a dónde     van, con quién juegan, cuáles son sus intereses y proyectos. 



4. Determinar los límites y las normas. Exigir el cumplimiento de las normas       elementales. 



5. Educar para controlar las emociones, para comportarse con los demás y para  convivir con otros. 


6. Observar los comportamientos, estados de ánimo y cambios en los hábitos de los niños.


LA IMPORTANCIA DE DEDICAR TIEMPO A LOS HIJOS/AS

Son muchas las obligaciones que tenemos los adultos en la vida moderna, esto hace que en ocasiones los padres aleguen que no disponen de mucho tiempo para dedicarles a los hijos.
Dedicar tiempo a los hijos no solo es bueno para ellos, es un tiempo de disfrute para todos que va a aportar beneficiosas ventajas:

BENEFICIOS PARA TODOS
Disfrutar de tiempo de calidad, aporta importantes beneficios a toda la familia
§    Mejora el clima y la comunicación familiar.
§    Incrementa los vínculos afectivos.
§    Fomenta el desarrollo de los pequeños: físico, social, afectivo, cognitivo, etc.
§    Se favorece el conocimiento mutuo. Consigues conocer mejor a tus hijos y ellos a ti.
§    Se generan aprendizajes mutuos, ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos.
§    Contribuye a liberar el estrés y la tensión. Divertirse juntos y hacer actividades de forma que podamos disfrutar de ellas nos ayuda a todos a liberar tensiones.
§    Aumenta la confianza, la seguridad y la autoestima. Los niños y niñas se sienten queridos y seguros.
§    Se desarrollan las habilidades sociales, ya que es un tiempo en el que los pequeños se relacionan.

El tiempo que NO se pasa con los hijos no se recupera, no debemos considerar que pasar tiempo de calidad es pasar un rato con ellos. Se trata de que en nuestro día a día dispongamos de tiempo para disfrutar con ellos.

Contamos con tres claves para lograr esa conexión:

OBSERVAR: No es sólo mirar, es darnos cuenta de lo que ellos hacen y lo que dicen a través de su comportamiento.
Leer los sentimientos que están presenten en cada momento para ayudarles a reconocerlos, a manejarlos y a desarrollar el autocontrol emocional.

ESCUCHAR :
Estar atentos a comprender lo que nuestros hijos nos están diciendo con sus palabras, cuerpo, expresiones y estados de ánimo
Esto requiere que les prestemos toda nuestra atención, dejemos de pensar o de hacer otras cosas y los miremos a los ojos.

COMPARTIR: 
Todo tipo de actividades, no hay que hacer nada especial continuamente, las rutinas de la casa, actividades escolares, espacios de juego.

Cuando compartimos, creamos sentido de pertenencia y les enseñamos a dar y recibir afecto. NO ES POSIBLE reemplazar la necesidad de tiempo compartido con los padres con otras actividades o con compensaciones materiales.

















CUANDO PENSABAS QUE NO TE VEÍA

(Texto tomado de Internet, atribuido a Sta. Teresa de Calcuta. Existen en la red varias versiones del mismo de distinta extensión)

Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador e inmediatamente quise pintar otro.

Cuando pensabas que no te veía, te 
vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.

Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo rezar y en quien confiar.

Cuando pensabas que no te veía, te 
vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.

Cuando pensabas que no te veía, te 
vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.

Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.

Cuando pensabas que no te veía, te 
vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da.

Cuando pensabas que no te veía, 
vi cómo cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, 
vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen y que está bien llorar.

Cuando pensabas que no te veía, 
vi que yo te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.

Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.

Cuando pensabas que no te veía, te 
vi y quise decirte: ¡Gracias por todas las cosas que he visto, cuando pensabas que no te veía!

"No te preocupes porque tus hijos no te escuchan... te observan todo el día".  
(Madre Teresa de Calcuta)

Cuando pensabas que no te veía:  vídeo

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